
Los reversionistas de los terrenos de Madrid Nuevo Norte, a través de la Asociación No Abuso y del Grupo Baraka, han iniciado una reclamación contra Pablo Guillermo Durán de la Colina, titular del Registro de la Propiedad nº 54 de Madrid, por la supuesta ‘desaparición’ de una finca de 1,2 millones de metros cuadrados que se dividió en 18, sin que el registro lo anotase en tres años.
Según publica OKDIARIO dicha finca, después de que ADIF anulase el derecho de los reversionistas, pertenece ahora a BBVA aunque los afectados siguen reclamando su titularidad.
Los reversionistas no entienden que el Registro haya separado la finca en múltiples parcelas justo una semana después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid pidiera que se pusieran sobre ella unas medidas cautelares para evitar ese tipo de movimientos. Y por ello ha enviado un escrito al registrador Pablo Guillermo Durán de la Colina, en el que advierte que exigirán la responsabilidad civil que corresponda por las presuntas irregularidades.
La Asociación No Abuso y el Grupo Baraka trasladan al registrador su incredulidad por la desaparición de la finca nº 103.237 de 1,2 millones de metros cuadrados, que aparecía como “Inscrita en el Registro de la Propiedad nº 54 de Madrid, Tomo 3.342, Libro 187, folio 150” y que ahora se ha dividido en 18. También le exigen explicaciones por la cancelación de los derechos de reversión solicitada por Adif cuando la entidad no tenía competencias para hacerlo.
Para los afectados, el Registro de la Propiedad número 54 de Madrid ha podido incurrir en presuntas irregularidades, ya que la finca de 1,2 millones de metros dejó de existir tan sólo una semana después de que el TSJM dictase medidas cautelares sobre ellas.
Tanto la Asociación No Abuso como el Grupo Baraka entienden que tanto la cancelación de sus derechos por petición de Adif como la segregación de la finca tienen que pasar por el registro y por eso apuntan al titular, Pablo Guillermo Durán, que tendría que haber comprobado que la petición de Adif no podía hacerse.
Lo relevante es que existe constancia mediante varias notas simples de que la finca en cuestión existía antes del juicio de abril de 2024 en el que se dictó esa medida cautelar, y también después, puesto que los afectados solicitaron la nota simple y no hubo ningún inconveniente. Solo después de la notificación del juzgado a BBVA y a los reversionistas cuando ‘desapareció’ la finca.
La explicación que recibieron del registro es que no había desaparecido, sino que desde hace tres años había una solicitud para que el registro anotase que había sido dividida en 18 fincas distintas, pero que no lo había actualizado. En este sentido, los afectados señalan al registrador asegurando que o miente o que no realizó su trabajo en tres años, ya que las notas simples otorgadas no tenían ningún tipo de anotación.
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