El andaluz Joaquín Gabriel Márquez, entre los primeros jóvenes becados por la Fundación ”la Caixa”

Más de 201.000 jóvenes se gradúan cada año en España, según datos de la Fundación CYD, culminando así una etapa marcada por el esfuerzo y la perseverancia. Entre ellos hay un grupo de jóvenes con expedientes brillantes y recursos económicos limitados que han completado sus estudios superiores gracias a una beca que les ha dado acceso a oportunidades antes fuera de su alcance. La ayuda no solo ha impulsado su talento, sino que también ha reforzado su confianza y su autonomía. Pertenecen a la primera promoción de estudiantes becados por el programa de Becas de grado de la Fundación ”la Caixa”. 
ALMERÍA | 27 de agosto de 2025

«Lo primero que pensé cuando me dieron la beca fue: “Imposible”», recuerda Ana Vázquez. «Creo que el síndrome del impostor es un sentimiento que muchos de nosotros compartimos. Por eso animo a las personas que se lo estén pensando a que presenten la solicitud. ¡Nunca sabes si puedes ser tú el afortunado!». 

Ana acaba de terminar su licenciatura en Historia en la Universitat de València gracias a una beca de grado de la Fundación ”la Caixa”. «Mi vocación nació en la ESO: la historia nos explica de dónde venimos y hacia dónde vamos, y yo sentía que quería transmitir a otras personas esta pasión». 

Destaca que la beca le ha dado independencia económica y acceso a nuevas oportunidades. «Fue un alivio económico para mis padres y también me permitió irme de Erasmus, conocer a muchísima gente y explorarme como persona y como estudiante», afirma. 

Declaraciones de Ana María Vázquez, licenciada en Historia en la Universitat de València.© Fundación “la Caixa”

Para Mireya Almeida, otra estudiante recién graduada, el impacto de la beca fue también profundo: «Lo primero que hice al saber que me la habían dado fue llamar a mi madre llorando y decirle: “Mamá, ¡por fin algo bueno!”». La beca le ha aportado libertad y autonomía. «Sobre todo, me ha librado de la carga que suponía que mis padres tuvieran que pagar mis estudios», cuenta. 

Originaria de Fuenlabrada, Mireya tenía claro desde niña que quería ser policía. Durante el bachillerato, descubrir el cuerpo de la policía científica la llevó a cursar un grado en Biología en la Universidad Autónoma de Madrid. «Ahora mi meta es combinar la vertiente científica con la criminalística para trabajar en un laboratorio y contribuir a la justicia social». 

Refuerzo emocional para un talento sin límites
Además del apoyo económico, del que se han beneficiado ya 255 jóvenes en los 5 años de vida del programa, para los estudiantes la beca supone también una verdadera inyección de confianza. «Te hace ganar seguridad en ti misma, entender que eres capaz y que el dinero no importa cuando el esfuerzo está ahí», dice Ana. Mireya coincide: la beca le ha cambiado la forma de verse a sí misma y todo lo que puede alcanzar. «Sé que, si me esfuerzo, puedo conseguirlo». 

Javier Barrio, becado también en la primera promoción, reconoce que al principio no creía que una beca así pudiera estar a su alcance. «Te ayuda a ver el futuro con más optimismo. Ahora creo mucho más en mí. Formar parte de este grupo tan privilegiado de becados te hace ver que puedes ir más allá. Potencia tu talento. Te da unas alas que a lo mejor ya tenías, pero no las podías ver», asegura. 

Graduado en Biotecnología en la Universitat de València, Javier recuerda que, desde pequeño, se quedaba fascinado al visitar el Museo de Ciencias Naturales de la ciudad con su padre. «En bachillerato ya vi que mi vocación era trabajar en un laboratorio: me podía pasar horas mirando a través del microscopio». 

Joaquín Márquez, que también obtuvo la beca en 2021, supo al instante que «algo importante se venía» cuando leyó la notificación de que la había conseguido. «Mis padres vinieron a Almería desde Argentina para darme un futuro mejor y, sin la beca, tendría que haberme costeado los estudios trabajando, lo cual, obviamente, hubiera sido negativo para mi rendimiento», señala. Cuando recibió la noticia, sintió «alivio al saber que todas las horas de estudio y todo el sacrificio tenían su recompensa y también validación». Y añade: «Viniendo de una ciudad tan pequeñita, no me creía capaz de destacar entre tantos candidatos».

Joaquín ha estudiado Física en la Universidad Complutense de Madrid, motivado por divulgadores como José Luis Crespo y Javier Santaolalla, que le ayudaron a ver esta disciplina como una herramienta para entender el universo. «También tuve dos profes de matemáticas muy buenos que me transmitieron su pasión por buscar respuestas a preguntas que no se han hecho antes. La física era ideal porque combinaba la parte teórica con la experimental». Gracias a la beca ha podido centrarse a tiempo completo en sus estudios y realizar una estancia en la University of California (Estados Unidos). «Ha sido uno de los mejores años de mi vida», confiesa. 

Mucho más que una beca: acompañamiento personalizado
«La beca no es solo una cuantía económica, es un acompañamiento completo», asegura Javier. Incluye una ayuda mensual de 750 euros, un importe para material y equipamiento informático, dotaciones adicionales para estancias internacionales, cursos de idiomas, un programa de orientación académica personalizado y formación en habilidades transversales, además de actividades de networking. 

Ese acompañamiento personalizado ha sido clave para Ana, cuyos primeros meses en la universidad no fueron precisamente coser y cantar. «Te enfrentas a un sistema educativo nuevo, asignaturas más densas, etc. Pero gracias a las herramientas que te da la beca, como el orientador o las charlas sobre gestión del estrés y la ansiedad o sobre nuevas formas de aprendizaje, poco a poco todo fue más fácil». Su orientador, Alfonso, la ayudó a ver los errores como parte del aprendizaje e hizo que se sintiera «escuchada». Al final, terminó disfrutando tanto de los estudios que ya se ha matriculado en un máster en Historia Contemporánea en la Universitat de València y valora también la posibilidad de continuar con un doctorado o dedicarse a la docencia. 

Joaquín también aprendió una lección importante al llegar a la universidad. «Venía de sacar buenas notas en bachillerato y pasé de ser el pez más grande de mi pecera a estar nadando en un océano lleno de talento». Su mentor, Javier Argüello, fue una piedra angular en el proceso. Le hizo entender que «lo importante no es ser el mejor en todo, sino ser constante». Argüello también obtuvo una beca de la Fundación ”la Caixa” y estudió Física en la misma facultad que el almeriense. «Entendía completamente mi situación y me ayudó a orientarme en las asignaturas, a valorar y celebrar mis logros y a afrontar los desafíos». Gracias a él, Joaquín descubrió el mundo de la investigación en tecnologías cuánticas con una estancia en el Instituto de Ciencias Fotónicas de Barcelona. 

Mireya también destaca el enfoque integral del apoyo recibido. «La beca no busca solo tu bienestar económico, sino también que te desarrolles como profesional y adquieras un montón de habilidades que te sirvan en los estudios, en el trabajo y en la vida». Javier, por su parte, agradece que su orientador, Mark, lo acompañara durante todo el recorrido. «Me dio consejos y me dijo cosas que quizá no quería escuchar, pero que necesitaba que me dijeran. Ha estado presente en mis mejores y en mis peores momentos. No lo conocía de nada, pero hoy lo considero un amigo». 

Un futuro lleno de contactos y oportunidades
Ana asegura que la beca «le ha cambiado la vida y abierto un mundo de oportunidades», además de haberle permitido conocer a gente que hoy considera parte de su familia. 

Son muchos los becados que destacan el valor de pertenecer a una comunidad de apoyo. Joaquín subraya la importancia de esta red: «La beca te abre las puertas a una red de becados enorme, fascinante y supertalentosa». Javier coincide: «He ganado amistades muy buenas y contactos para el futuro, ya que todos somos personas talentosas en nuestros campos». Y la fuenlabreña Mireya recomienda «hacer piña» con otros becados para «apoyarse y darse feedback». 

Javier Barrio: «He ganado amistades muy buenas y contactos para el futuro, ya que todos somos personas talentosas en nuestros campos».

Javier espera que compartir su historia personal pueda servir como estímulo a otros jóvenes. «Saber que una persona parecida a ti, alguien que viene quizá de una familia con pocos recursos económicos, ha conseguido esta beca, puede animarte a intentarlo». Hoy, al mirar atrás, reconoce una transformación total: «Si comparo a la persona que era en primero de carrera con la que soy ahora, veo una evolución completa en todos los aspectos de mi vida». Y da las gracias a la beca por ello. 

También Joaquín valora el significado de formar parte de esta primera promoción. Lo define como «todo un honor y también una responsabilidad». Es consciente de que han sido pioneros y afirma que espera «haber contribuido a mejorar esta oportunidad para quienes vienen detrás». El almeriense se siente «superafortunado de haber vivido esta experiencia» y comprometido con hacer lo que esté a su alcance para «devolver a otros estudiantes» todo lo que la beca le ha dado.