
La dieta mediterránea hipocalórica combinada con actividad física reduce el riesgo de desarrollar diabetes
– Según los primeros resultados del proyecto Predimed-Plus, participado por la Fundación Jiménez Díaz
Un estudio coordinado desde el Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciber) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en el que ha participado el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, confirma que adoptar una dieta mediterránea hipocalórica, junto con un aumento de la actividad física, contribuye a reducir la aparición de nuevos casos de diabetes tipo 2 en personas con sobrepeso y alto riesgo metabólico.
Así lo evidencian los primeros resultados del estudio Predimed-Plus, un ensayo clínico multicéntrico español que ha contado con los Hospitales de Quirónsalud que forman parte de la Red Sanitaria Única de Utilización Pública del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) -la citada Fundación Jiménez Díaz y los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba)- y que ha seguido durante seis años a miles de personas en toda España.
La investigación, que se ha publicado en la revista científica ‘Annals of Internal Medicine’, del Colegio Americano de Médicos, ha sido financiada con más de 15 millones de euros, a través de diferentes convocatorias, pero con aportación mayoritaria del ISCIII y el Consorcio Ciber.
Más de 200 especialistas de 23 universidades y centros de investigación españoles evidencian, por primera vez, de forma sólida, que esta estrategia combinada es eficaz para reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
La diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que deteriora seriamente la salud y la calidad de vida ha experimentado un notable incremento en los últimos años, en paralelo con la epidemia de la obesidad. Por ello, resulta esencial impulsar estrategias accesibles y sostenibles enfocadas a la prevención.
DIETA MEDITERRÁNEA
El estudio Predimed (PREvención con DIeta MEDiterránea), que lleva más de dos décadas activo, ya había demostrado que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reducía la incidencia de diabetes en un 30 por ciento en comparación con una dieta baja en grasas. Sin embargo, esta reducción se observó con una disminución apenas perceptible del peso corporal.
A partir de ese conocimiento, el estudio Predimed-Plus planteó una intervención sobre el estilo de vida más intensiva, con el objetivo de evaluar si pudiera aportar beneficios adicionales frente a otro tipo de estrategias menos intensivas. Esta estrategia se basa en la pérdida de peso mediante una dieta mediterránea ligeramente hipocalórica -rica en fibra y de bajo índice glucémico- combinada con la promoción de la actividad física y apoyo conductual.
El estudio ahora publicado incluyó a 4.746 participantes -230 de ellos de los citada red asistencial- de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico y que no padecían enfermedades cardiovasculares ni diabetes al inicio. Los participantes fueron asignados al azar (50% de probabilidad) a uno de los dos siguientes programas: uno enfocado en seguir la dieta mediterránea (sin promocionar actividad física ni perseguir una reducción calórica de la dieta), y otro conductual enfocado a conseguir una pérdida de peso mediante una dieta mediterránea reducida en calorías (con una reducción planificada de 600 kilocalorías diarias), mayor actividad física.
SEIS AÑOS DE SEGUIMIENTO
Tras seis años de seguimiento, se observó que los participantes sin diabetes al inicio asignados al grupo de intervención intensiva (dieta mediterránea y actividad física) mostraron una mayor adhesión a la dieta mediterránea, aumentaron su actividad física, perdieron más peso, y necesitaron menos medicamentos para el control de su glucosa durante el seguimiento una vez diagnosticados de diabetes.
Además, el riesgo absoluto de desarrollar diabetes fue del 12% (349 casos) en aquellos participantes que siguieron solo la dieta mediterránea, frente al 9,5% (280 casos) de aquellos asignados a la intervención intensiva. Esta última estrategia redujo en un 31% los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio.
Los profesionales del equipo de investigación concluyeron que los alimentos y nutrientes que componen la dieta mediterránea “actúan de forma sinérgica a través de diferentes mecanismos implicados en la diabetes tipo 2 tales como reducir la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo. Estos efectos se ven potenciados por la actividad física y la pérdida de peso. Además, al tratarse de una dieta sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada, puede convertirse en una estrategia ideal a largo plazo para la prevención de enfermedades cardiometabólicas”.
ENSAYO EUROPEO
Predimed-Plus, uno de los mayores ensayos sobre nutrición y salud realizados en Europa, es un ensayo aleatorizado de prevención cardiovascular basado en cambios en el estilo de vida. En 2023, la revista ‘Nature Medicine’ lo destacó entre los 11 estudios que cambiarán la medicina en los próximos años, por su alcance y relevancia científica. Así lo pusieron de manifiesto los voluntarios de ambas ramas aleatorias de intervención de los citados cuatro centros madrileños al destacar “la importancia que había tenido en sus vidas el aprendizaje del cambio de estilo de vida y el seguimiento nutricional”, recordó la endocrinóloga.
En el caso de esta red asistencial, han sido muchos los profesionales implicados en el estudio. Así, junto a la doctora Vázquez, investigadora principal, también han participado los doctores Claudia Causso y Leopoldo García, del General de Villalba; Clara Marijuan y Ángela Amengual, del Rey Juan Carlos; Teresa Montoya y Susy Silva, del Infanta Elena; Roberto Sierra, Lucía Prieto y Bogdana Luca, de la Fundación Jiménez Díaz; y Sebastián Más, de su Instituto de Investigación Sanitaria (IIS-FJD). “Y, sobre todo -añadió la endocrinóloga-, hay que destacar la enorme implicación de nuestros nutricionistas: Cristina Calderón, Enrique Sanz, Ana Prieto y Mar Alcarria, junto a las doctoras Ana de Cos y Miriam Zapatero, y muchos otros que han ido colaborando a lo largo de tanto tiempo con entusiasmo y generosidad”.
El estudio Predimed-Plus ha contado con la participación de personal investigador del CIBER procedente de tres áreas: Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn), Epidemiología y Salud Pública (Ciberesp) y Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (Ciberdem).
Además, han colaborado numerosos grupos de investigación de diversas instituciones, entre las que destacan la Universitat Rovira i Virgili y Institut d’Investigació Sanitària Pere i Virgili de Reus; la Universidad de Navarra, IdiSNA e Atención Primaria, Servicio Navarro de Salud; la Universidad de Valencia, Universitat Jaume I y Conselleria de Sanitat Valenciana; el IMIM-Hospital del Mar y Universitat Autònoma de Barcelona; la Universidad Miguel Hernández y UMH-ISABIAL (Alicante); el Hospital Son Espases e IdISBa (Palma de Mallorca); la Universidad de Málaga e IBIMA; el IMIBIC y Hospital Reina Sofía (Córdoba); el Hospital Clínic e IDIBAPS (Barcelona); la Universidad de Granada; la Bioaraba, Osakidetza y UPV/EHU (Vitoria-Gasteiz); la Universidad de las Islas Baleares – IUNICS; Hospital Virgen de la Victoria y Universidad de Málaga; la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria; el Instituto de Biomedicina (IBIOMED), Universidad de León y Atención Primaria de León (Sacyl); el Distrito Sanitario de Atención Primaria de Sevilla y Universidad de Sevilla; el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz – IIS-FJD (Madrid); el Hospital Universitario de Bellvitge – IDIBELL; el Hospital Clínico San Carlos – IdISSC (Madrid); la Universidad de Jaén; y el Instituto IMDEA Alimentación.
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